ÁRTICULO
La familia es el grupo social
básico por excelencia. La matriz social
del individuo. Lo que es la familia depende no sólo de las funciones que
desempeña en la sociedad sino también de otros factores sociales muy diversos
y sujetos a cambios.
Sin poder decir que la familia es
una institución frágil, puesto que se ha mantenido a lo largo de la historia
hasta nuestros días, hoy se siente
amenazada. Es por ello que el Informe sobre la situación de la familia en España (I.Alberdi 1995) refleja la
clara situación de su incertidumbre existencial. La mejor manera de representar este problema es por medio del “dilema de la bifurcación”, donde se
dan tantas opciones y se ofrecen tantos caminos a la juventud de hoy que lo
incierto y lo imprevisible van de la mano junto a las parejas.
Las tensiones dentro de los
hogares con características conflictivas ponen a prueba el grado de madurez de
sus diversos miembros. Mas como la madurez humana es un bien escaso, el
conflicto estalla entre ellos, unas veces de forma racional y otras, la mayor
parte, agresivamente, sin que ninguno
pueda encontrarle solución ni controlar el conflicto.
Pero lo malo no es el antagonismo o la
lucha en sí sino la manera de abordarlo. Conflictos existieron y existirán
siempre (el ámbito de los mismos queda restringido en este trabajo a los
conflictos interpersonales). Y a su lado, las buenas o nefastas formas de buscarles una solución.
Entre las maneras de conducir los
conflictos, se encuentra el juicio y en
su vértice o su extremo informal, la negociación. En el medio, en plena
encrucijada, aparece un campo intermedio: el campo de la mediación.
Necesitamos comunicarnos. Como un
modo de entrar en contacto con otro, de entendernos, de elaborar una relación
más auténtica. Comunicar -dice J. Henry Bouché- es una forma de difusión de
ideas, de contenidos y de hechos. Y existen ocasiones en que las personas, para
resolver sus propios conflictos, necesitan contactar, hablar, dialogar…. Y a veces se les olvida todo esto… o no están
educados para poder hacerlo. O, simplemente, no quieren.
Acudimos por ello a la pragmática de la comunicación, pues el
problema con el que tropiezan las parejas es de esta índole: la imposibilidad para expresarse es tal a
la hora de intentar tomar una solución que hace surgir el conflicto.
Pero no es de
técnicas de la comunicación de lo que quisiera hablar aquí, sino de la carencia de ellas. ¿Qué es lo que
ocurre en el caso de problemas entre la pareja por falta de diálogo, por
imposibilidad para conectarse o incapacidad para poder transmitir de forma
racional lo que uno piensa?. ¿Qué es lo
que sucede cuando uno de ellos toma la
decisión de divorciarse y la otra parte no comprende lo que quiere ni cómo lo
quiere, ni cuándo va a comenzar a
bifurcarse el camino que hasta aquel entonces les mantenía unidos?.
Partiendo de la base de que la situación conflictiva de la pareja puede
dar lugar a tres maneras legales de disolver esa relación (separación, divorcio
y nulidad del matrimonio) y de que, a medida que experimentamos un proceso de desarrollo
social, los conflictos se multiplican, surge necesaria e ineludiblemente la
consiguiente demanda de formas de resolución de los mismos, que eviten el
enfrentamiento abierto entre las
partes y los costes - en todo los niveles - que ellos implica.
APARECE, ANTE ESTE
CLAMOR POPULAR, LA MEDIACIÓN, COMO UNA OPCIÓN IDÓNEA PARA SOLUCIONAR LOS
CONFLICTOS.
Este servicio
se basa en la intervención de un tercero imparcial, sin poder de asesoramiento ni de decisión sobre las partes, que
asesora a familias que tienen dificultades de gestionar y/o resolver los
conflictos que afectan o afectarán a sus responsabilidades (cuidar de los
hijos, administración y reparto de bienes, etc...) en el caso de sobrevenir un
divorcio. Son esos miembros de la
familia -las partes- las que tienen la
elección de tomar las decisiones sobre cómo solucionar sus vidas, evitando que
aspectos tan trascendentales como sus
hijos, la vivienda y sus bienes bienes sean decididos por terceros, como
ocurriría si acudimos a la vía judicial donde el juez impone su criterio legal
sobre las opiniones, deseos y estimaciones de la pareja.
En el caso de acudir
a juicio, como regularmente se venía
haciendo en caso de rupturas familiares, pueden darse ocasionalmente casos
flagrantes y absurdos. Pongamos como ejemplo el del padre que, viéndose obligado
a pagar una pensión de alimentos excesiva, más una pensión compensatoria, se le suprime, además, la guarda y custodia de sus hijos y-como broche final- se le quita la vivienda familiar, pues la ocupa la mujer con los hijos. Póngase en
su lugar por un instante. Pudiera ocurrir ante esta situación injusta que este
hombre pensara, en medio de su resentimiento,
la forma de descalificar a la madre delante de los hijos. Y resalto este caso puesto que son evidentes las ocasiones en las que, en estas
circunstancias, una persona abocada al fracaso como padre, como marido y como
ser humano pierda los nervios y pueda aflorar la violencia doméstica.
O el caso de
aquella mujer a la que quitan la patria potestad de su hijo porque el marido
así lo ha solicitado ante el Juzgado y el juez de turno lo considera
procedente. Casos así se
han visto a lo largo de los años en nuestra profesión y nos parece injusto
semejante sufrimiento.
Sin embargo, si se acude a la Mediación
familiar como instancia distinta de la judicial, cada una de las partes va a
luchar por aquellas posturas que quieran conseguir en el ámbito personal y
familiar, reflexionando sobre lo que
realmente les interesa para el futuro. Futuro que sólo les pertenece a ellos y
a sus hijos y de una forma dialogante y civilizada, se llegará a una solución
justa y equitativa en su propio beneficio y en el de sus hijos. Es una solución
al margen de la vía judicial.
Todos nuestros artículos están basados en una extensa bibliografía que citamos por si quieren ampliar información:
LUCIA GARCIA GARCIA con su obra Mediación Familiar. Prevención y alternativa al litigio en los conflictos familiares. Editorial Dykinson.
LORENZO PRATS ALBENTOSA, Legislación de Mediación Familiar. Editorial Aranzadi.
TRINIDAD BERNAL SAMPER, La mediación, una solución a los conflictos de ruptura de pareja, Editorial Colex. MARINES SUARES, Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas. Editorial Paidos SAICF.
JOHN M. HAYNES, Fundamentos de la mediación familiar. Ediciones Gaia.
Egolegal ofrece servicios de mediación familiar de una manera eficaz y resolutiva. Los clientes que nos han visitado han solucionado sus problemas de una manera justa y optima para ellos y sus hijos.
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