10 de febrero de 2013

EL POR QUÉ DE LA NECESIDAD DE LA MEDIACIÓN


ÁRTICULO 

La familia es el grupo social básico por excelencia.  La matriz social del individuo. Lo que es la familia depende no sólo de las funciones que desempeña en la sociedad sino también de otros factores sociales muy diversos y  sujetos a cambios.
 Sin poder decir que la familia es una institución frágil, puesto que se ha mantenido a lo largo de la historia hasta nuestros días,  hoy se siente amenazada.  Es por ello que el Informe sobre la situación de la familia en España (I.Alberdi 1995) refleja la clara situación de su incertidumbre existencial.  La mejor manera de representar este problema es por medio del “dilema de la bifurcación”, donde se dan tantas opciones y se ofrecen tantos caminos a la juventud de hoy que lo incierto y lo imprevisible van de la mano junto a las parejas.
Las tensiones dentro de los hogares con características conflictivas ponen a prueba el grado de madurez de sus diversos miembros. Mas como la madurez humana es un bien escaso, el conflicto estalla entre ellos, unas veces de forma racional y otras, la mayor parte,  agresivamente, sin que ninguno pueda encontrarle solución ni controlar el conflicto.
Pero lo malo no es el antagonismo o la lucha en sí sino la manera de abordarlo. Conflictos existieron y existirán siempre (el ámbito de los mismos queda restringido en este trabajo a los conflictos interpersonales). Y a su lado, las buenas o nefastas formas de buscarles una solución.
Entre las maneras de conducir los conflictos, se encuentra el juicio y en su vértice o su extremo informal, la negociación. En el medio, en plena encrucijada, aparece un campo intermedio: el campo de la mediación.
Necesitamos comunicarnos. Como un modo de entrar en contacto con otro, de entendernos, de elaborar una relación más auténtica. Comunicar -dice J. Henry Bouché- es una forma de difusión de ideas, de contenidos y de hechos. Y existen ocasiones en que las personas, para resolver sus propios conflictos, necesitan contactar, hablar, dialogar…. Y  a veces se les olvida todo esto… o no están educados para poder hacerlo. O, simplemente, no quieren.
Acudimos por ello a la pragmática de la comunicación, pues el problema con el que tropiezan las parejas es de esta índole: la imposibilidad para expresarse es tal a la hora de intentar tomar una solución que hace surgir el conflicto.
Pero no es de técnicas de la comunicación de lo que quisiera hablar aquí, sino de la carencia de ellas. ¿Qué es lo que ocurre en el caso de problemas entre la pareja por falta de diálogo, por imposibilidad para conectarse o incapacidad para poder transmitir de forma racional lo que uno piensa?.  ¿Qué es lo que sucede cuando uno de ellos toma la decisión de divorciarse y la otra parte no comprende lo que quiere ni cómo lo quiere, ni cuándo va a comenzar a bifurcarse el camino que hasta aquel entonces les mantenía unidos?. 
Partiendo de la base de que  la situación conflictiva de la pareja puede dar lugar a tres maneras legales de disolver esa relación (separación, divorcio y nulidad del matrimonio) y de que, a medida que experimentamos un proceso de desarrollo social, los conflictos se multiplican, surge necesaria e ineludiblemente la consiguiente demanda de formas de resolución de los mismos, que eviten el enfrentamiento abierto entre las partes y los costes - en todo los niveles - que ellos implica.

APARECE, ANTE ESTE CLAMOR POPULAR, LA MEDIACIÓN, COMO UNA OPCIÓN IDÓNEA PARA SOLUCIONAR LOS CONFLICTOS.

Este servicio se basa en la intervención de un tercero imparcial, sin poder de asesoramiento ni de decisión sobre las partes, que asesora a familias que tienen dificultades de gestionar y/o resolver los conflictos que afectan o afectarán a sus responsabilidades (cuidar de los hijos, administración y reparto de bienes, etc...) en el caso de sobrevenir un divorcio. Son esos miembros de la familia  -las partes- las que tienen la elección de tomar las decisiones sobre cómo solucionar sus vidas, evitando que aspectos tan trascendentales  como sus hijos, la vivienda y sus bienes bienes sean decididos por terceros, como ocurriría si acudimos a la vía judicial donde el juez impone su criterio legal sobre las opiniones, deseos y estimaciones de la pareja.
En el caso de acudir a  juicio, como regularmente se venía haciendo en caso de rupturas familiares, pueden darse ocasionalmente casos flagrantes y absurdos. Pongamos como ejemplo el del padre que, viéndose obligado a pagar una pensión de alimentos excesiva, más una pensión compensatoria, se le suprime, además,  la guarda y custodia de sus hijos y-como broche final- se le quita la vivienda familiar, pues la ocupa la mujer con los hijos. Póngase en su lugar por un instante. Pudiera ocurrir ante esta situación injusta que este hombre pensara, en medio de su resentimiento,  la forma de descalificar a la madre delante de los hijos. Y resalto este caso puesto que son evidentes las ocasiones en las que, en estas circunstancias, una persona abocada al fracaso como padre, como marido y como ser humano pierda los nervios y pueda aflorar la violencia doméstica.
O el caso de aquella mujer a la que quitan la patria potestad de su hijo porque el marido así lo ha solicitado ante el Juzgado y el juez de turno lo considera procedente. Casos así se han visto a lo largo de los años en nuestra profesión y nos parece injusto semejante sufrimiento.
Sin embargo, si se acude a la Mediación familiar como instancia distinta de la judicial, cada una de las partes va a luchar por aquellas posturas que quieran conseguir en el ámbito personal y familiar, reflexionando sobre lo que realmente les interesa para el futuro. Futuro que sólo les pertenece a ellos y a sus hijos y de una forma dialogante y civilizada, se llegará a una solución justa y equitativa en su propio beneficio y en el de sus hijos. Es una solución al margen de la vía judicial.


Todos nuestros artículos están basados en una extensa bibliografía que citamos por si quieren ampliar información:

LUCIA GARCIA GARCIA con su obra Mediación Familiar. Prevención y alternativa al litigio en los conflictos familiares. Editorial Dykinson. 
LORENZO PRATS ALBENTOSA, Legislación de Mediación Familiar. Editorial Aranzadi. 
TRINIDAD BERNAL SAMPER, La mediación, una solución a los conflictos de ruptura de pareja, Editorial Colex. MARINES SUARES, Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas. Editorial Paidos SAICF. 
JOHN M. HAYNES, Fundamentos de la mediación familiar. Ediciones Gaia.


Egolegal ofrece servicios de mediación familiar de una manera eficaz y resolutiva. Los clientes que nos han visitado han solucionado sus problemas de una manera justa y optima para ellos y sus hijos.


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